Hablar de un concepto tan abstracto y complejo como la imaginación nunca es fácil, mucho menos si lo queremos unir a algo que todavía sigue siendo un tabú: el sexo. Para muchos, el sexo es puro instinto, es dejarse llevar y sacar nuestra parte más animal para disfrutar de un momento de placer en el que alcanzamos el éxtasis y nos olvidamos de todo lo demás. Y claro que tiene que ver con eso, pero es mucho más. Porque un polvo así está muy bien, pero no todos los polvos son iguales, tan salvajes, como si acabásemos de conocer a esa persona en un bar y no pudiéramos aguantarnos las ganas. Si tienes pareja seguro que ya sabes de lo que estamos hablando. Cuando pasa un tiempo, el sexo se vuelve mucho más rutinario, más normal. Es como decir que el jamón puede ser aburrido, y que estamos cansados de tomarlo una y otra vez, pero pasa. Y ocurre precisamente porque no sabemos darle creatividad al sexo.
Nos conformamos en muchas ocasiones con las típicas posturas que hemos aprendido a duras penas al principio. Nos da vergüenza, o incluso miedo, salirnos de esa zona de confort que hemos ido construyendo. Esto es el sexo, al menos para nosotros. Salir de ahí supone un riesgo, desde tener una discusión con nuestra pareja por querer hacer “cosas raras” hasta buscarnos verdaderos problemas si no sabemos protegernos adecuadamente. Pero hablamos con los demás sobre el tema, y nos damos cuenta de que ellos hacen cosas distintas. Vemos alguna escena erótica y pensamos que eso también lo podríamos hacer nosotros. ¿Qué nos falta entonces para dar ese paso adelante? A veces, solo un poco de valor y decisión. En otras muchas, creatividad. Imaginación para dejar atrás los servicios de siempre y atrevernos con algo diferente. Sin perder la naturalidad o la intensidad. Sin querer revolucionar los encuentros sexuales que llevan siendo como son desde hace miles de años. Pero alejándonos de lo habitual, de lo rutinario, utilizando nuestra imaginación para cumplir precisamente esas fantasías que todos tenemos. A veces no es sencillo, pero no perdemos nada por intentarlo, y además, es algo que se puede perfeccionar con el tiempo.
Ser creativo en la cama
Uno puede ser creativo en cualquier faceta de su vida cotidiana. Hay personas que tienen mayor facilidad para esto, gracias a su inteligencia emocional y creativa más desarrollada. Suelen ser artistas y dedicarse a crear cosas, pero también pueden ser ingenieros o incluso físicos, a los que también se les da de maravilla pensar y encontrar soluciones. La creatividad es otro de esos conceptos complejos de explicar y entender, pero todos sabemos lo que significa ponernos creativos en la cama. Debemos buscar nuevas formas de entregarnos en el placer, llegando mucho más lejos de lo habitual, sobrepasando esas barreras que todavía podamos tener. Ser creativo es pensar, idear, imaginar, fantasear y luego prepararlo todo para cumplir.
En este sentido, también hay personas más sexualmente creativas que otras. Dependerá de muchísimos factores, desde nuestra propia educación hasta la forma en la que entendamos el sexo. Hay quien prefiere realizar las mismas posturas una y otra vez, como si se pusiera el mismo disco de música todos los días. Pero siempre es bueno tener ese punto creativo, al menos de vez en cuando, para mantener viva la llama del deseo y la pasión con nuestras parejas. Compartir nuestras fantasías puede ser un buen punto para iniciar ese viaje a la imaginación, una tierra fértil que además, se hace más hermosa conforme la vamos alimentando. Perfeccionaremos también la creatividad sexual a base de práctica, como nuestro propio manejo en la cama.
Tabúes y barreras que nos limitan
Uno de los problemas más habituales que encontramos a la hora de ser imaginativos en la cama son los tabúes que la mayoría de nosotros todavía tiene en mente. Estas barreras nos impiden desempeñarnos como quisiéramos porque al fin y al cabo, nos están limitando. Es como si estuviéramos dentro de un recinto con barreras que no podemos sobrepasar, o al menos eso creemos. Lo que hay dentro de ese recinto es divertido y excitante, pero sabemos que más allá también hay otras zonas igual o más divertidas si cabe. Sin embargo, esas barreras están ahí por algo, aunque a veces no sabemos ni quien las ha puesto. Puede que solo sean constructos sociales, o malas experiencias que hemos tenido anteriormente. Lo peor es que consiguen su objetivo: mantenernos a raya en el terreno sexual.
Cada persona es un mundo y cada cual tienes su propios tabúes, o incluso los ha conseguido solventar todos. La creatividad ayuda a esto, siempre que tengamos la mente abierta y la dejemos fluir. Los tabúes pueden llegar a ser comprensibles en muchos casos, pero están lejos de ser algo positivo. Y es que al fin y al cabo están limitando nuestra experiencia en algo tan especial como el sexo. Siempre que haya consentimiento y ambas partes estén de acuerdo, ¿qué hay de malo en realizar esas prácticas que para otros son un tabú? Debemos buscar lo que nos gusta, lo que nos excita, sin cerrarnos a nada. Solo así podremos expandir de verdad la creatividad sexual que tenemos dentro. Y sabes que si lo consigues, la pasión y el placer irán detrás, aprovechando ese camino abierto para inundarte por completo.
Les escorts, maestras en el placer
La creatividad suele ser vista como un don, especialmente proclive en aquellos que se dedican al arte. Esa persona tiene facilidad para escribir porque ha nacido con esa creatividad especial, con una visión del mundo que le permite crear cosas especiales. Sin embargo, por mucho talento natural que se tenga, la creatividad no servirá de nada si no la espoleamos, si no nos conocemos a nosotros mismos y tratamos de focalizarla en aquello que deseamos conseguir. La práctica hace al maestro, y las funciones creativas también se pueden mejorar a base de mucha práctica y esfuerzo, incluso en lo que al sexo se refiere. El ejemplo perfecto lo tenemos en las escorts, maestras del placer que tienen la necesidad de ser creativas porque en su oficio eso es algo indispensable.
El trabajo que realizan estas amantes profesionales les lleva a compartir cama con clientes cada día. Muy diferentes entre sí, cada uno necesitará un tipo de servicio específico, y es aquí cuando las escorts deben ponerse creativas. Una chica que no tenga mucho repertorio sexual no durará demasiado en este negocio, porque los hombres buscarán a otra amante que pueda saciarles de verdad. A lo largo de los años, estas profesionales van cogiendo más experiencia, que no es más que la actitud de llevar la creatividad a un nuevo nivel. Conocimiento, ganas de aprender y sobre todo, mucha pasión, para lograr que el placer de sus hombres se haga infinito. La creatividad de las escorts ayuda también a los propios clientes a salir de su zona de confort y aprender mucho más acerca del sexo y la satisfacción.